LA PORNOGRAFÍA ES EL MARKETING DE LA PROSTITUCIÓN
ni liberación sexual- ni educación sexual
“Al igual que en el caso de las violaciones de grupo o las violaciones masivas en situaciones de guerra, en la prostitución hombres utilizan el cuerpo de las mujeres para comunicarse entre ellos mismos y para expresar lo que les une, y que al fin y al cabo, se reduce a que ellos no son mujeres. YA ES HORA DE QUE SURJA OTRO TIPO DE COMUNIDADES MASCULINAS.” (Péter Szil)
tres hurras desobedientesyfelices para PÉTER Szil! Es un activista-sexólogo-académico (en orden de relevancia decreciente para nosotrxs) que hace un lúcido llamado a la toma de posición por parte de los hombres en contra de la prostitución. Son hombres que, en otros temas, se han declarado dispuestos a asumir el reto de la igualdad entre los dos sexos. ¿Es, entonces, taaan difícil que se pronuncien abiertamente en contra de esta forma de violencia?
“En las dos imágenes aparece el mismo motivo: un niño y un hombre juntos, pero en la primera con los códigos de la pornografía y en la segunda con los códigos del arte erótico. ¿Cuál es la diferencia?”
La respuesta pueden buscarla directamente en este texto de Szil que nos compartió Zula : “Los hombres la pornografía y la prostitución” (2004). (Pueden bajarse el pdf entero en la página de los hombres igualitarios clickeando acá o pueden incursionar en la búsqueda de nuevos materiales en la página del propio Szil). Para aquellos curiosos que quieran ojear antes un poco más, les copiamos abajo otro extracto de este texto imperdible:
(...) La prostitución institucionaliza las suposiciones más básicas de la dominación masculina como orden social o, incluso, civilizatorio. El proceso de socialización de los hombres está construido sobre la certeza de que su sexo les otorga derecho a disponer de su entorno, del espacio y del tiempo de los otros y, en primer lugar, otras. Este derecho se extiende también al cuerpo y a la sexualidad de las mujeres. De allí hay un solo paso a que, tratándose de un derecho, es legítimo conseguirlo y preservarlo, aunque sea con violencia. En una sociedad basada en estas suposiciones es de interés de los hombres en general la subsistencia de la prostitución. Esta es la explicación de que aunque la mayoría de los hombres no se sirva de la prostitución, con su silencio y a veces incluso, pronunciándose, contribuye a preservarla y a justificar la idea de la misma. La prostitución sin embargo, no es una idea. La prostitución son boca, vagina y ano, penetrados habitualmente con un pene, a veces manos, a veces objetos, por un hombre y después por otro hombre y después otro más y otro más y otro más. Uno de los motores de la prostitución es el odio hacia las mujeres, la agresividad que motiva a un hombre a buscar y utilizar a una mujer prostituida, el profundo desdén que reduce a una vida humana a unos huecos de los que se puede aprovechar sexualmente y con la que un hombre hace lo que se le da la gana. La conversión de las mujeres en objetos sexuales en un proceso de deshumanización en cuyo extremo final está la violencia sexual masculina. Es esto lo que la prostitución institucionaliza, ya que el cliente consigue de la persona prostituida (que no ha elegido hacer el amor con él) algo que de otra manera no podría conseguir sino con violencia. El cliente (y con él la sociedad) oculta ante sí mismo el hecho de la violencia interponiendo una infraestructura (manejada por los proxenetas) y el dinero. (...)
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