
creciente, socialmente aceptada, donde la única preocupación
no es la situación de las víctimas, sino que éstas no ocupen los
espacios reservados a las
personas “normales”.
La mujer traficada es una víctima múltiple: de los traficantes,
de los clientes, de sus circunstancias y de “la invisibilidad” y
exclusión a que la somete
la sociedad de acogida".
Red Cántabra Contra el Tráfico de Personas y la Explotación Sexual.
Extraido de "365 días para la acción"

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